Sigamos. Reconocerás a tu Maruja Interior por muchos signos: Es la que te aconseja comprarte esos zapatitos negros, o quizá marrones de salón con medio tacón, tan cómodos. Esos que, cuando te los pones con una falda tubo, te hacen parecer una monja seglar. Ella y solo ella es la que te tienta a ponerte aquel conjuntito bisutero tan llamativo de pendientes, collar y pulsera que compraste hace 15 años. La que se interpone entre tú y tu armario y te impide tirar todas esas blusitas tan monas y tan absolutamente pasadas.
Siempre al acecho, te aconseja ponerte una camiseta corta y ceñida con unos leggins de print leopardo, tacones incluidos que queda tal que así, o, por el contrario, puede darle por coleccionar para tí clásicos pantalones de pinzas y trajes de chaqueta grises, sin sustancia. Es mala, malísima, y te sopla al oído en la pelu que te hagas más mechas rubias; que te aclares el pelo más y más hasta conseguir ese color que se iguala con tu piel y desdibuja tus facciones, haciéndolas invisibles al ojo humano. He leído por ahí "Ahora las mujeres no envejecen, se hacen rubias"... Qué buena frase.
Por poner un ejemplo de alguien conocido, se me ocurre citar a Mila Ximénez de Cisneros. Esta señora, ex mujer de Manolo Santana y actualmente exitosa tertuliana en Tele 5, tiene una Maruja Interior fuerte y mandona, que la obliga a utilizar unos estilismos de Baby-Doll trasnochada, completamente absurdos y fuera de toda razón. Con exhibición de blusitas de cuello bobo combinadas con faldas de vuelo por encima de la rodilla, consigue parecer una muñeca gigante y aviejada.